Delfina Pignatiello
Cortesía

Al anunciar su abandono de algunas pruebas de los Juegos Olímpicos de Tokio, la gimnasta estadounidense Simone Biles puso la salud mental en la agenda mundial del deporte. Delfina Pignatiello, una de las grandes promesas de la natación argentina, ha llevado el debate a este país sudamericano. 

El jueves pasado, Pignatiello quedó última en la tercera serie de clasificación de los 800 metros libres disputados en la capital japonesa.

Había quedado en la misma posición en la prueba de los 1.500 metros libres. 

La nadadora hizo autocrítica ante las cámaras de televisión, pero no logró hacer frente a los numerosos ataques verbales. 

“La gente es muy cruel y por más que ignore quiero cuidar mi salud mental por sobre todas las cosas”, escribió Pignatiello el fin de semana antes de borrar algunas de sus cuentas digitales, como Twitter, Youtube y Twitch, y eliminar contenido de otras.

La nadadora de 21 años obtuvo tres medallas de oro en los Juegos Panamericanos de 2019.

Sin embargo, no pudo mantener su rutina de entrenamiento de cara a Tokio: el cierre de las piscinas durante la extensa cuarentena decretada por la covid-19 la obligó a entrenar en el jardín de su casa, en San Isidro, en la periferia norte de Buenos Aires. Durante esos meses recibió numerosos comentarios agresivos. 

Globovisión

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